Los principios de democracia y justicia han sido fundamentales en la historia de nuestro país, particularmente en lo vinculado al tema del derecho al voto de todos los ciudadanos uruguayos sin distinción de clase social, sexo, convicción política, creencia religiosa o color de piel.
Acontecimientos relativamente recientes han contribuido, sin embargo, a producir contradicciones importantes entre esos principios fundamentales y la plena vigencia de los mismos en la práctica. Víctimas de las difíciles circunstancias económicas y políticas que afectaron a nuetro país durante los últimos años, muchos ciudadanos uruguayos se vieron forzados a emigrar. Hoy en día hay aproximadamente 500.000 uruguayos residiendo en el exterior del país, sin contar con su descendencia. Ellos constituyen una comunidad que nunca ha dejado de estar totalmente identificada y comprometida, tanto cultural, política como económicamente con la vida del Uruguay (las remesas enviadas al país por los uruguayos residentes en el exterior durante el año 2006 alcanzó la cifra de 115.000.000 de dólares), porque, para ellos, como para cualquier otro uruguayo, el Uruguay sigue siendo, además de su historia, la felicidad de sus familias y amigos en el país, las calles de sus viejos barrios y el bienestar de todos sus compatriotas.
Forzados a tener que partir hacia un futuro incierto estos compatriotas se vieron despojados de todo aquello que más querían, con la excepción del orgullo de seguir siendo -y sintiéndose- ciudadanos uruguayos, una calidad que les confirma la constitución de la República. Desgraciadamente, un inaceptable retraso legislativo en reconocer y facilitar el derecho de los ciudadanos uruguayos residentes en el exterior a participar en las elecciones de su país de origen (todas las grandes democracias del mundo han legislado afirmativamente en este sentido, así como todas las democracias sudamericanas, con la sóla excepción de Uruguay y Chile) ha hecho que más del 15% del pueblo uruguayo se haya visto injustamente excluído de un derecho que está indisolublemente ligado a su calidad de ciudadanos. De hecho, toda limitación al ejercicio del derecho al voto implica el no reconocimiento de la ciudadanía. La globalización también ha contribuido a un vasto movimiento de personas. En este contexto, el sufragio requiere una nueva mirada, metodologías nuevas y el esfuerzo conjunto para abarcar a todos los ciudadanos independientemente de su residencia.
Es por eso que el Consejo Consultivo Uruguayo de Gotemburgo (CCUG), Suecia, una asociación independiente de toda organización político-partidaria y que cuenta con el respaldo de una masa de asociados que expresa toda la diversidad de convicciones políticas y culturales que caracterizan al pueblo uruguayo, se dirige a ustedes con el fin de proponer la organización de una campaña nacional por el derecho al voto de todos los uruguayos ¡sin excepciones! es decir, por un voto que incluya, entre otros, a todos los ciudadanos uruguayos residentes en el exterior.
Entendiendo claramente de que sólo será la conciencia, la voluntad y la acción política del pueblo uruguayo la que determinará, a corto, mediano o largo plazo, el éxito histórico de una reforma legislativa que pondría a nuestro país otra vez en el lugar que nunca debió perder como democracia ejemplar, es el deseo de nuestro Consejo Consultivo que esta campaña sea organizada y promovida por el más amplio espectro de organizaciones sociales, culturales, religiosas y políticas uruguayas sin excepciones, de forma que ella refleje nítidamente la voluntad de la mayoría del pueblo uruguayo y se enriquezca con el ingenio y la iniciativa que existe en todos sus sectores, incluyendo los uruguayos residentes en el exterior que son un recurso más del Uruguay.
Queridos compatriotas: Sabemos que la voluntad de justicia del pueblo uruguayo es enorme, así como su solidaridad con todas las causas justas. A ella apelamos y en ella confiamos.
Gotemburgo, mayo de 2007 CONSEJO CONSULTIVO URUGUAYO DE GOTEMBURGO SUECIA
Fuente: http://www.d20.org.uy/Llamamiento-publico
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